A principios de febrero abolió las instituciones que habían regido la democracia desde el año 1958 y, más adelante, propuso crear una nueva Constitución que invalidaba la anterior, de 1961, a la que él nomina "La Moribunda". El 25 de abril llamó a los electores a un referéndum que ganó con el 90% de los votos pese a la alta abstención, que alcanzó un 60%. Con esta victoria quedaba legitimado para anular la Constitución en vigor. En julio se escogieron a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente que se comprometían a redactar en seis meses una nueva Ley Fundamental; el 90% de ellos (119 escaños) correspondieron a candidatos que contaban con el apoyo de Hugo Chávez. La larga y dificultosa tarea de la Asamblea para elaborar la Carta Magna, que consta de 396 artículos, acabó en diciembre de 1999. Los ciudadanos la aprobaron con un 71% de votos a favor, en un referéndum que tuvo una abstención del 54% de los votantes.
En diciembre de 1999, en medio del caos que produjeron las inundaciones que padeció Venezuela, Chávez aprovechó para designar, entre otros, a los magistrados del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo de Justicia, los miembros del Consejo Nacional Electoral y al fiscal de cuentas. La oposición, que está indignada, considera punible que el presidente haya nombrado estos cargos en un marco legal en el que la antigua Constitución está abolida y la nueva todavía no ha entrado en vigor.
Chávez, que propició un intento de golpe de Estado el 2 de febrero de 1992, indultó y reintegró, en cuanto accedió al poder, a las Fuerzas Armadas a los soldados y a los oficiales que le apoyaron en su pronunciamiento. Como un signo más de su proximidad con la rama militar del país, ha colocado a 300 oficiales, en activo o jubilados, en cargos claves del Estado y de la función pública. Su populismo se ha dejado entrever en las medidas que ha ido tomando. En febrero aumentó un 20% el salario mínimo, en marzo encarceló a policías que habían protagonizado actuaciones drásticas en las manifestaciones estudiantiles y se ha negado a desalojar a miles de venezolanos que, por carencia de viviendas, se han instalado en tierras y propiedades privadas y estatales. Los empresarios han denunciado esta violación del derecho de propiedad.
El problema de la deuda
Con respecto a la economía venezolana, una de las prioridades del presidente es reducir la deuda externa, que asciende a 35.542 millones de dólares. El Gobierno de Chávez ha iniciado una reestructuración de la deuda, a la que se dedica casi el 40% del presupuesto del Estado. Hay que sumar a esta cifra el déficit de 100.000 millones de dólares con que se encontró Chávez al llegar al poder.
De la misma manera que en el año 1998 la caída del precio del barril de petróleo, que alcanzó la cota más baja en los últimos 25 años, provocó el hundimiento de la economía venezolana, en 1999 resurgió. En marzo, el ministro de Energía y Minas, el antiguo guerrillero Alí Rodríguez, consiguió de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) una nueva reducción de la cuota de extracción del oro negro, que ha supuesto el alza del precio del barril de crudo y un aumento de su precio en 4.5 dólares por barril.
El drama de las inundaciones
El 15 de diciembre, las graves inundaciones que padeció Venezuela la sumieron en el caos y la miseria. Las lluvias, que duraron varios días, provocaron miles de muertos y de afectados. El hecho que creó más confusión fue que no coincidieran los datos oficiales con los que facilitaban las ONG sobre el número de víctimas. La oposición acusó al Gobierno de Chávez de haber podido evitar las muertes.
(Texto traducido del catalán por Juan Salvador Martínez) |