El 27 de septiembre de 1998 pasará a la historia de Alemania como la fecha del cambio y del entierro de la “era Kohl”, el político alemán más veterano de la Europa en este siglo y el primer canciller en ejercicio que pierde las elecciones alemanas. Ahora, el socialdemócrata Gerhard Schröder es el encargado no sólo de pasar página en un país que ha vivido dieciséis años bajo el mando del canciller Kohl, sino también de escribir una nueva, con recetas efectivas para combatir el paro y reimpulsar la reconstrucción del este alemán. |
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Esta nueva era empieza con la invitación del Partido Socialdemócrata a la plataforma ecologista Alianza90-Los Verdes para formar un gobierno de coalición. Por otro lado, la oposición cristianodemócrata, que no ve con buenos ojos esta coalición, esperaba que los problemas de cohesión interna del grupo ecologista, dividido entre fundamentalistas y realistas, hicieran temblar la coalición. Habrá que ver, sin embargo, si la experiencia de gobierno en cuatro de los dieciséis estados federados habrá dado a verdes y rojos la solidez política necesaria para llevar el timón del país.
De las quince carteras ministeriales, once estarán dirigidas por el SPD, una por el independiente Müller –Economía–, y tres por los ecologistas: Joschka Fischer, Exteriores y vicepresidente; Jürgen Trittin, Medio Ambiente; y Andrea Fischer, Sanidad.
Paradójicamente, los éxitos conseguidos en el ámbito europeo por Kohl han sido utilizados por sus detractores como el blanco preferido de sus críticas, en el sentido de que su gobierno de cristianodemócratas (CDU-CSU) y liberales (FDP) ha acabado dando más importancia a los asuntos exteriores que a la política interior, por lo que los enemigos de Kohl también le han llamado, a veces, " el canciller del paro".
La verdad es que la oposición tiene argumentos: El Pacto de Ocupación de la ex República Democrática de Alemania (RDA) –de ámbito nacional, aprobado en 1996– se ha quedado en papel mojado y está lejos de conseguir sus objetivos, y las reformas fiscales y de pensiones están empantanadas.
Apuesta por los asuntos internos
Schröder, a diferencia de Kohl, quiere ser el canciller de la política interior, es decir, quiere concentrarse en resolver los asuntos internos de Alemana y no pretende dedicar tantos esfuerzos a la política exterior como su antecesor. Por ello, el nuevo canciller prioriza la creación de puestos de trabajo para jóvenes, la armonización de los sistemas fiscales y financieros o la política social –quiere mejorar la situación de los inmigrantes, concediéndoles la doble nacionalidad a aquellos que tengan a uno de los dos padres nacidos a Alemania–. Esto no implica que Schröder deje de lado el papel que Alemania desempeña en el ámbito internacional y, sobre todo, en la UE.
Los esfuerzos diplomáticos de Gerhard Schröder miran, también, en otras direcciones, como por ejemplo Moscú; pero, sobre todo, hacia la ampliación de la Unión Europea a los países del Este. El nuevo canciller quiere ... |