mil millones de dólares, China llegó a los 100 mil millones en sus transacciones con Estados Unidos. Así que, durante las conversaciones de junio, se acordó, en este sentido, que en 2005 el intercambio debería haber aumentado hasta 10 mil millones y que se basaría, sobre todo, en software indio y en manufacturas chinas.
Esta apertura de mercado beneficia a ambos países pero urge más a la India. “The Economist” resumía, en el número del 21 de junio, la evolución de los dos aspirantes a potencias mundiales. En 1980 India contaba con 678 millones de habitantes y China con 300 millones más. En 2001 y tras 21 años de carrera hacia la modernidad, había 1.033 millones de indios frente a 1.272 millones de chinos. India casi ha alcanzado a China demográficamente, pero la cifra juega poco a su favor. De estos 1.033 millones de indios, el 29% viven por debajo del umbral de la pobreza. Y China ha reducido el porcentaje hasta el 5%. Así que a India le interesa fijarse en cómo el crecimiento económico chino se ha ganado la atención de analistas económicos y, por supuesto, de inversores extranjeros y, a cambio, el subcontinente es el ejemplo de un país que se ha ganado el protagonismo en el sector de las nuevas tecnologías y la informática.
Aunque la clasificación de países según los indicadores de desarrollo humano incluye a India y a China en el mismo grupo, el de países con un nivel de desarrollo medio, el PIB por habitante es de 1.500 dólares más en China. Ante esta diferencia, los analistas más defensores del potencial económico indio suelen animarse con las previsiones para el periodo 2002-2006, que sitúan el promedio de crecimiento del PIB indio en el 6%, una cifra en absoluto despreciable. En realidad, alcanzar esta cifra va a requerir bastantes esfuerzos: el crecimiento económico al finalizar el ejercicio financiero en marzo de 2003 fue del 4,3%. Seis meses después y tras comprobar que la sequía no iba a volver a hacer estragos este año, las expectativas van al alza y las previsiones sobre el crecimiento del PIB para el ejercicio 2003 (que finalizará en marzo del 2004) siguen fijadas en el 6%. No hay que olvidar que una cuarta parte de la economía india depende de la agricultura. Durante el año pasado, la sequía comportó serios problemas, pero las lluvias han sido en 2003 más frecuentes, cuantiosas y adecuadas a los tiempos de las cosechas. Además, los más optimistas creen que el proceso de liberalización ha enterrado ya prácticamente todos los ... |