Jaffna cuando “volaron el bote y murieron en la explosión”, según explicó Teitur Torkelsson, miembro de la misión de control. Milinda Moragoda afirmó que el transporte de municiones y granadas era “una clara violación” de la tregua. Así que ya entonces, en febrero, el alto al fuego se percibía, tras un año de relativa tranquilidad, con cierto escepticismo. Además de evitar incidentes como el del bote, seguía pendiente el cumplimiento de compromisos respecto al reclutamiento de niños en el este de la isla y el respeto de los derechos humanos. Durante la sexta ronda de negociaciones entre el Gobierno y el LTTE, que se celebró en Hakones (Japón) entre el 18 y el 21 de marzo, se acordó conceder mayor protagonismo a la misión de control de la delegación noruega para evitar incidentes en tierra y mar. Asimismo se pretendía garantizar la seguridad de los miembros de esta misión de control. La delegación noruega ha sido, sin embargo, blanco de críticas, por no investigar casos de posibles asesinatos políticos. Los controladores del proceso de paz declinan esta responsabilidad en la policía de Sri Lanka y se centran en los casos de reclutamiento de menores y en la defensa de los derechos de los civiles.
Los tigres siguen gobernando, desde la sombra, en la zona que denominan Eelam y que comprende el área norte de la isla, desde la península de Jaffna, y el borde este, hasta la altura de Colombo. En el resto de Sri Lanka, la población es mayoritariamente cingalesa (un 75% de los 19 millones de habitantes del país). La zona tamil es la que más ha sufrido durante las dos décadas de guerra civil y la que se encuentra en peores condiciones. El LTTE luchaba en un principio por un Estado independiente, pero los tigres reafirmaron su voluntad de autonomía, durante la conferencia de donantes que se celebró en junio en Tokio. Wickremesinghe les ofreció un mayor papel en la reconstrucción de Sri Lanka y los tigres respondieron que lo que pedían era autogobierno. En abril de 2003, los tigres se habían retirado de la mesa de negociaciones tras no ponerse de acuerdo con el Gobierno en el reparto de tareas administrativas del norte y este de la isla.
Pese a las dudas sobre la disposición negociadora de los tamiles, su reacción tras las medidas tomadas por Kumaratunga indicaba que seguían dispuestos a continuar con el proceso de paz. Velupillai Pirapaharan, líder del LTTE, anunció que los rebeldes mantendrían su compromiso con el alto al fuego y el proceso de paz, y pidió ... |