iniciaron una ocupación de granjas de forma violenta.
Por otro lado, la participación de Zimbabwe en la guerra de la República Democrática del Congo significó un gasto de millones de dólares para la economía del país y generó el rechazo de gran parte de la población. Así pues, para asegurarse un nuevo mandato presidencial, Mugabe empezó a aprobar leyes que restringían las libertades de la oposición y la financiación de partidos des del extranjero. Además, también se dieron ataques contra el poder judicial y la prensa.
Y llegaron las últimas elecciones, el año 2002, y Mugabe volvió a salir escogido presidente. A pesar de todo, las denuncias de fraude del principal partido de la oposición, Movimiento por el Cambio Democrático (MCD), de los observadores independientes y de la totalidad de la comunidad internacional complicaron la tarea de Mugabe, y su partido tubo que empezar a hacer frente a una oposición cada vez más extendida tanto al interior como al exterior del país.
Precisamente, el 16 de enero del 2006, Morgan Tsvangirai, líder del MCD, apeló al Tribunal Supremo para obtener el resultado real de los controvertidos comicios y convocar unos de nuevos con urgencia.
Ya hace tiempo, pues, que Zimbabwe se encuentra en una situación crítica. El pasado 31 de enero, representantes de diferentes ONG y sindicatos culparon a la Administración de Mugabe del mal estado del país y de aferrarse a la Constitución vieja para mantener el poder. A banda de esto, el partido de Mugabe ha protagonizado una serie de oscuros capítulos políticos que no han hecho nada más que alimentar todavía más el descontentamiento de la población.
Las últimas políticas del presidente Mugabe
El pasado 31 de mayo Amnistía Internacional hizo públicas unas imágenes que mostraban la destrucción total de comunidades de Zimbabwe y eran una clara muestra del impacto devastador de la política de demoliciones de viviendas utilizada por el Gobierno de Mugabe.
La organización encargó las imágenes para demostrar la destrucción de un barrio nombrado Porta Farm y que contaba con escuelas, centros infantiles y una mezquita. Estas grabaciones, sin embargo, no sólo muestran la transformación de la comunidad en una zona de escombros, sino que también son una prueba gráfica de los desalojamientos forzados que llevaron a cabo las autoridades. En junio del 2005, agentes de la policía se presentaron en este barrio y dieron 24 horas para que todos sus habitantes abandonaran ... |