gestión del Gobierno. A pesar de que el aumento de los costes salariales se ha fijado este año en el 23% y de que los sueldos aumentan de manera notable cada año, todavía no es suficiente y por ello el Gobierno rumano ha tenido que lidiar con varias huelgas y protestas por parte de los trabajadores. En marzo, 6.000 trabajadores de la planta rumana de la automovilística Dacia (grupo Renault) se manifestaron para pedir una subida salarial. Los sindicatos exigían un aumento del 65% del sueldo base mientras que la compañía tachaba la propuesta de “poco realista”. La huelga, que duró más de tres semanas y en la que Dacia perdió más de 50 millones de euros, ha sido la mayor que ha sufrido la industria automovilística de Rumanía desde 1989. El pasado 7 de octubre, Bucarest fue testigo de una nueva manifestación de trabajadores en la que también pedían el aumento de sus salarios. Unos 7.000 manifestantes se concentraron delante del Parlamento y, dos días después, 100.000 trabajadores del sector público abandonaron su puesto durante dos horas reivindicando, asimismo, mejoras salariales.
La economía sigue su crecimiento El crecimiento económico que vive Rumanía desde la caída del comunismo está siendo espectacular. Según la Oficina Nacional de Estadística rumana, el país tiene un aumento anual del PIB de un 8’60%, según datos de septiembre de 2008 (en 2007 fue del 6’04%). Con el desarrollo de la economía aumenta la producción pero llega también la inflación. En el mes de octubre de 2008 la cifra era de 7’4%, una de las más altas de la Unión Europea y muy por encima de la media, fijada en 3’3%. Precios desorbitados y salarios bajos se convierten en una mezcla explosiva para la economía del país, y, sobre todo, para los rumanos de a pie. El 21 de marzo la empresa automovilística Ford anunciaba que iba a instalar una de sus fábricas de coches en la ciudad de Craiova. Para ello va a necesitar una inversión de cerca de 1.000 millones de dólares que permitirá a Rumania convertirse en el mayor productor de coches de Europa del Este. Como Ford, muchas otras empresas ven en Rumanía una oportunidad de negocio. Según un estudio realizado por la consultora internacional Ernst & Young en 2007, Rumanía es el primer destino para las inversiones entre los países de Europa del Este, con un 52% de las preferencias de los inversores. La Agencia Rumana de Inversiones Extranjeras prevé que este año Rumanía atraerá 7.000 millones de euros de inversiones extranjeras directas, siguiendo la línea del año anterior. Los principales sectores que van a recibir estas inversiones serán, como de costumbre, el automovilístico y el de la construcción. Según Eurostat, la inversión extranjera aprovecha los bajos costes de la mano de obra, que junto a la de Bulgaria, es la más barata de la UE. El salario mínimo en 2007 era de 114 euros mensuales frente a los 666 españoles. El país, que ha exportado más de dos millones y medio de trabajadores desde 1989, necesita ahora mano de obra de manera urgente. Rumanía tiene uno de los índices de desempleo más bajos de la Unión Europea y actualmente se sitúa en un 5’9%. A lo largo de 2008, el Gobierno ha hecho campañas para que los rumanos que emigraron vuelvan al país. Sólo en España hay más de 700.000 rumanos asentados. El Gobierno rumano prevé que, en 2009, gran parte de los rumanos que hay en España e Italia volverán a sus respectivos hogares. El incremento del paro en esos dos países es el principal motivo que puede hacerles tomar dicha decisión. |